Planificar una actividad de montaña invernal es sin duda laborioso y exige un buen conocimiento y correcta interpretación del medio por el que nos vamos a mover: la montaña, la nieve y su estabilidad.
Como siempre, la preparación de la excursión comienza en casa, con la consulta de la presencia y estabilidad de la nieve en el boletín regional de aludes como primer paso, leyendo e interpretando bien los boletines de peligro de aludes.
Aunque la Escala Europea de Peligro de Aludes va del 1 al 5, realmente suele moverse entre el Peligro 1 y el 4, pues el Peligro 5 ocurre un par de días en toda la temporada y no se debe salir al monte. Así pues, en una escala de peligro del 1 al 4, no nos cansaremos de repetir que deberemos tener mucho respeto al Peligro 3 o nivel crítico.
La ruta o ascensión a programar para un fin de semana dependerá del nivel de peligro que estime el boletín de aludes, de la meteorología prevista y del número y nivel de los y las participantes. Según esa combinación de factores decidiremos qué recorrido hacemos:
¿De qué vamos a hablar?
Niveles de riesgo de aludes
Con Peligro 5 deberíamos cancelar la salida.
Con Peligro 4 la replantearemos en zonas de suave inclinación y donde la ruta discurra alejada de zonas más inclinadas. Se pueden recorrer muchas zonas suaves y zonas de bosque si sabemos gestionar bien el terreno. No es un nivel de peligro para quedarse en casa si sabemos movernos por terrenos suaves y alejados de zonas donde puedan caer avalanchas de forma espontánea desde arriba. Sin experiencia en montaña invernal, abstenerse de salir estos días.
Con Peligro 3 tomaremos gran cuidado en el diseño de la ruta.
El Peligro 3 es el peligro crítico y es el que más víctimas se cobra cada año. Recordar los tres ángeles de la muerte: Peligro 3 + laderas peligrosas dependiendo de la dirección del viento los días previos + 30º. Nivel de riesgo que exige de buenos conocimientos sobre la montaña invernal para realizar actividades técnicas.
Con Peligro 2 podremos realizar la mayoría de las rutas, pero también habrá que saber trazar y tener cuidado con las laderas de más de 35º.
Con Peligro 1 la mayoría de los recorridos serán factibles, pero conviene avisar que posiblemente la nieve dura y el hielo sean determinantes y debamos evitar laderas umbrías heladas. Cuchillas, crampones y piolet podrán requerirse en muchas laderas no expuestas al sol. De nuevo, las laderas al sol serán las menos peligrosas en esas circunstancias.
Recordar que el mayor número de víctimas por accidentes en el Pirineo no es por avalanchas, sino por caídas descontroladas en laderas inclinadas sobre nieve dura o hielo. No olvidar llevar siempre crampones, piolet y casco.
Consulta la meteorología prevista para la salida
La meteorología hace que las decisiones y los planes en montaña deban cambiarse de manera constante. Hoy en día existen multitud de páginas web donde podemos mirar la meteo (mira siempre 2 o 3 para hacer una media) habla con gente local (refugios, conocidos…). Un día de febrero o marzo de buen tiempo podremos hacer una ruta media o larga con un grupo relativamente numeroso. Pero si la meteorología es incierta, la nieve está muy dura o helada o el peligro de aludes es alto, el número de participantes debería reducirse o, en el peor de los casos, formarse subgrupos de 4 o 5 personas, que serán mejor controlados que grupos muy grandes, donde es fácil despistarse de alguno que vaya mal.
Prepara bien la ruta
A la hora de organizar una salida, consulta una buena guía o una reseña fiable en Internet. Estudia la ruta en un mapa de 1:25.000 e identifica previamente las laderas potencialmente inclinadas.
Equípate de mapa, brújula y altímetro. Un GPS será una ayuda valiosísima, especialmente en momentos de mala visibilidad, pero ten en cuenta que la electrónica puede, en cualquier momento, fallar. Lleva pilas de repuesto y nunca dejes el mapa en casa. Recuerda que un smartphone es un GPS, aprende a usarlo en la montaña.
Recuerda que una de las causas de accidentes en montaña es la desorientación. Si la meteorología es estable, podrá plantearse una salida más ambiciosa. Si es incierta, el objetivo deberá ser más humilde, más seguro e idealmente sin cambiar de valle.
Consulta la Escala de Clasificación de Terreno de Aludes o herramienta ATES. Es un sistema que clasifica el terreno en función de su grado de exposición a los aludes. Estos distintos tipos de terreno se representan sobre un mapa mediante colores, asignándose a cada uno un color diferente:
- Verde: terreno simple
- Azul: terreno exigente
- Rojo: terreno complejo
Su consulta ayuda al colectivo montañero invernal a elegir los itinerarios más seguros, evitando aquellas zonas de mayor exposición a aludes.
No deberíamos ir solos a la montaña invernal
El grupo mínimo debería ser de 2 personas y el número ideal de participantes en una salida de montañismo invernal estaría entre 3 y 6. Menos de 3 personas hará que sea duro abrir huella en invierno al no poder relevarse. También, yendo dos personas, en caso de avalancha o accidente, solo uno podría palear o ir a buscar ayuda.
En un grupo formado entre 3 y 6 personas la seguridad es óptima. Si el grupo es mayor, aumentan las posibilidades de una lesión, una avería o de que se pierda de vista a alguien en un descenso un día con poca visibilidad. Grupos de 8 personas pueden dividirse en 2 grupos de cuatro, más manejables. Cuidado con los grupos grandes en días de mala visibilidad. Alguien se puede quedar atrás sin que lo percibamos.
Así pues, deberemos adaptar la ruta al número de participantes, a su experiencia, su nivel técnico y su forma física. También la adaptaremos a las condiciones de nieve y a la meteorología esperadas para el día.
Ten preparado un plan B
Ten siempre en mente que, por muy bien que hayas hecho la planificación, sobre la marcha puede que tengas que optar por una retirada o, idealmente, una ruta alternativa más sencilla en caso de mal tiempo, pobre visibilidad, fatiga o progresión excesivamente lenta del grupo. Si has pensado en ello antes, después te costará menos tomar esa decisión.
Material personal contra las avalanchas
Para la práctica del montañismo invernal es tan imprescindible el equipo para avalanchas compuesto por DVA, sonda y pala. Antes de iniciar la salida, el líder del grupo deberá asegurarse de que todos los miembros llevan el equipo completo de búsqueda de víctimas de avalancha: DVA, sonda y pala.
Idealmente, todos los miembros del grupo deberían practicar antes simulando rescates de víctimas de aludes para aprender a realizar apropiadamente la búsqueda grosera inicial y la búsqueda fina con DVA, el sondeo posterior y por último el paleo estratégico.
Muchos de los clubes de montaña de la FAM, así como varios centros especializados (A Lurte, Centro de Aludes del valle de Arán, ACNA) y guías profesionales, imparten cursos sobre práctica segura de actividades en montaña invernal. Te recomendamos, como siempre, que dediques tiempo a formarte adecuadamente, pues tu vida y la de tus compañeros pueden depender de esa formación.
Ropa de abrigo
La justa y necesaria, idealmente siempre 4 capas. La tendencia del mercado es llevar prendas ligeras y más finas que años atrás, ocupando poco volumen en la mochila y pesando poco, pero con una tecnología que las hacen muy cálidas.
Recomendamos, casi toda la temporada las mismas 4 capas.
- Como 1ª capa una camiseta térmica de manga larga.
- Como 2ª un forro fino o similar. Según el frío esperado, estas térmicas se elijen más gruesas o más finas.
- Como 3ª capa, un corta-vientos transpirable tipo Gore-Tex, que sea fino, sin acolchados. No salir al monte nunca sin un cortavientos. Con estas tres capas funcionamos la mayor parte del día, estando en movimiento.
- Por último, un primaloft o una chaqueta de plumas fina, para situaciones de frío extremo o en situaciones en las que haya que estar quieto: una cima, un collado, en caso de accidente o mientras esperamos. Estando parados no generamos el calor que generamos subiendo y un primaloft o un plumas serán imprescindibles en invierno para poder conservar el calor del cuerpo.
La cabeza es una de las zonas del cuerpo que más permiten regular la temperatura, poniéndonos un gorro, pañuelo o una capucha cuando sopla y hace frío y quitándonoslo cuando haga calor. Llevaremos un pantalón que transpire, reforzado en la zona de los tobillos.
Para las manos, guantes finos para el ascenso y gordos para el descenso, que también nos servirán para trabajar sobre nieve limpiando una arista nevada o cuando subamos con crampones y piolet en un día frío.
El material técnico individual comprendería las tablas de esquí, pieles de foca, botas de esquí de travesía o de montaña invernal, bastones, casco, cuchillas, crampones y piolet.
Gafas de sol, gafas de ventisca. Mini kit de reparaciones. Algún analgésico o botiquín y por supuesto el equipo para avalanchas compuesto por DVA, sonda y pala.
Mochila, una de 25-32 litros debería ser suficiente para una salida de un día o incluso para un fin de semana pernoctando en un refugio guardado. Las mochilas de más capacidad las terminaremos llenando y nos harán portear más peso del necesario.
Otros recursos
En la siguiente entrada tienes algunos recursos más para convertirte en experto/a en nivología y aludes, sin olvidar nunca que la experiencia y la formación son tan fundamentales para practicar una actividad de montaña invernal correctamente como el recordar todas las técnicas seguras de manera periódica.
Montaña Segura agradece a Jorge García-Dihinx, autor del blog de La Meteo que Viene y de los libros Rutas con Esquís / Pirineo Aragonés los textos y fotografías de esta entrada.