Las nubes pueden aportarnos, además de multitud de sensaciones, información muy útil en lo que refiere al tiempo meteorológico que nos podemos encontrar a lo largo de nuestras excursiones y salidas por el monte. Saber si va a llover en las próximas horas, si se avecina una tormenta, si se mantendrá el buen tiempo después de comer, o si hace mucho aire en la cima de algún pico es información que podemos obtener con sólo levantar la mirada.
Aunque no hay dos nubes iguales, muchas comparten rasgos que hicieron posible su clasificación allá por el siglo XIX. Esta clasificación puede atender a diferentes criterios, pero para que este artículo sea de ayuda nos basaremos en las características visuales de las nubes para aprender a identificarlas y a leer el tiempo en las nubes.
Podemos agruparlas en tres tipos de nubes en función de la altitud a la que se encuentren:
NUBES ALTAS:
Son nubes que suelen tener forma de estrato, de pequeño espesor y amplia extensión horizontal, con una baja densidad y formadas por minúsculas partículas de hielo. Pueden aparecer entre los 5 y los 13 km de altura (normalmente por encima de los 8 km). Las estelas de condensación de los aviones también se incluyen, aunque son artificiales. NUBES MEDIAS: Situadas en niveles intermedios de la troposfera, entre los 2 y los 7 km. NUBES BAJAS: Ocupan posiciones bajas, cerca de la superficie terrestre y por debajo de los 2 km de altitud. Formadas por gotitas de agua, pueden contener cristales de hielo y nieve en las épocas del año de mayor frío. |
Vamos a ver qué nos indican cada una de ellas:
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NUBES ALTAS:
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Cirrus (Ci) o cirros:
Nubes separadas en forma de filamentos, de aspecto fibroso y textura delicada. Su color blanco es debido a que están constituidas en su totalidad por hielo y éste tiene una elevada reflectividad. Adquieren formas estiradas o estilizadas a modo de fajas estrechas o ramificadas.
Cuando aparecen de forma aislada significa que la estabilidad atmosférica está garantizada a corto plazo. Pero si los vemos avanzar en una dirección de forma organizada, en forma de largas bandas algo espesas y cubriendo cada vez más porción de cielo, suelen anunciar un cambio de tiempo. Son la primera avanzadilla de un frente cálido que acabará tapando el cielo y dejando precipitaciones débiles. Aunque, al menos hasta un par de horas después de observar la llegada de estas nubes, el tiempo se mantendrá seco.
- Cirrostratus (Cs) o cirroestrastos:
Son nubes traslúcidas, en forma de velo casi transparente y blanquecino, de aspecto fibroso o completamente liso, que cubre total o parcialmente el cielo. Suelen dan lugar a halos: un anillo luminoso que rodea al sol o la luna en presencia de estas nubes. Cuando un halo solar desaparece y los cirroestratos se transforman en altoestratos, anuncian la llegada de un frente cálido y la posibilidad de que se produzcan lloviznas débiles. Estas nubes aparecen por detrás de los cirros en la secuencia de nubes que preceden a la llegada de un frente cálido. |
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Cirrocumulus (Cc) o cirrocúmulos:
Nubes en forma de capa o manto delgado, de color blanquecino y sin sombras propias. Adoptan formas de onda, rizos o gránulo. Formadas por cristales de hielo, pueden ser de las especies: castellanus, floccus, stratiformis y lenticularis. Son indicadoras de cierto grado de inestabilidad atmosférica. |
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NUBES MEDIAS:
Son las nubes situadas en niveles intermedios de la troposfera, entre los 2 y los 7 km de altitud.
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Altostratus (As) o Altoestratos:
Se muestran como una sábana de nubes de gran extensión, de color gris azulado, y aspecto estriado, fibroso o uniforme. Su espesor ronda de media los 3 km. Desde tierra, a través de las zonas más delgadas puede distinguirse el disco solar. Están formadas por cristales de hielo en su parte alta, mientras que en el resto de la nube se mezclan gotas de agua líquida y subfundida y copos de nieve. Producen precipitaciones, en forma de agua o nieve, normalmente continuas, pero no muy intensas. |
- Altocumulus (Ac) o altocúmulos:
Se muestran como una delgada capa, de color blanco y gris, con sombras. El aspecto del cielo suele ser el de estar empedrado, formando una especie de panal de abejas o de un rebaño de ovejas: “cielo aborregado”.
Los Ac floccus no suelen producir precipitaciones; aunque están asociadas a la parte menos activa de una borrasca, por lo que si van en aumento o si los espacios vacíos o huecos se sueldan entre sí hasta formar un manto uniforme sí que indican un empeoramiento del tiempo, indicando la llegada de una perturbación y precipitaciones a medio plazo.
Los altocumulus castellanus deben su nombre a su aspecto, similar a las almenas de un castillo a modo de torreones nubosos. Su aparición en el cielo a primeras horas del día, cuando la insolación todavía no ha calentado lo suficiente el aire junto al suelo como para dispararse la convección, pone de manifiesto la existencia de inestabilidad atmosférica. Por lo que si esas almenas o torres siguen creciendo, se convertirán en tormentas.
En cuanto a los Ac lenticularis de forma aplastada (como una lente o lenteja) de contornos bien definidos, deben su origen a la acción del viento que las va modelando hasta dejarlas achatadas. Pueden presentarse aisladas sobre un pico, o formando bandas de varias capas. Se forman a sotavento de una cordillera y su formación se debe a la deformación que sufre el viento al superar un relieve. Indican la presencia de vientos fuertes en altura o en cotas medias. En una cordillera, aparte de vientos fuertes en la cima, indican tiempo relativamente estable en las laderas a sotavento, en las que la humedad del aire será baja. Su evolución suele indicar el alejamiento de una borrasca.
- Nimbostratus (Ns) o nimboestratos:
Esta es la típica nube de lluvia. Capa espesa y gris, de aspecto sombrío, revela la presencia de una importante cantidad de gotas de agua o copos de nieve en su interior. Actúa tapando la radiación solar, reduciéndose mucho la visibilidad en sus cercanías y su persistencia consigue disminuir considerablemente las temperaturas. Aunque se la considera una nube media, su base queda a veces situada por debajo de los 2 km. Producen precipitaciones continuas en forma de agua o de nieve y de cuantía moderada. |
Hasta aquí la primera parte, esperamos que os haya resultado interesante. En un próximo post hablaremos de las nubes bajas y de otro tipo de nubes, como las de tormenta.
BIBLIOGRAFÍA:
PONS, JORDI: Tiempo y clima en montaña. Manual práctico de meteorología. Ediciones Desnivel S.L. Madrid, 2008. ISBN: 978-84-9829-140-7
Nubes en Ruta, Revista digital Avión y Piloto, nº 14. Disponible en divulgameteo.es.
https://www.divulgameteo.es/uploads/Nubes-ruta-II.pdf
Banco de imágenes y sonidos. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado. https://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/
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