Actua ante distintos peligros
Ten en cuenta que toda actividad en el medio natural tiene asociados una serie de peligros que pueden generar situaciones de riesgo. Estos peligros pueden ser clasificados en dos grupos:
- Objetivos: producidos por la naturaleza (tormentas, rayos, granizo, niebla, viento etc.). Aunque no podemos controlarlos, podemos reducir nuestra exposición a ellos.
- Subjetivos: dependen al 100% de nuestro comportamiento o actuación. Sobre estos peligros sí podemos actuar, haciendo incluso que lleguen a desaparecer.
- Mala planificación: dará lugar a imprevistos sobre el terreno.
- Sobrestimación de nuestras posibilidades (falta de formación, falta de entrenamiento y lesiones o enfermedades previas): adaptar la exigencia a las características del grupo (menores y monitores/as) será esencial.
- Equipamiento insuficiente: debemos asegurar que todos llevamos el equipo necesario.
- Mala gestión de las paradas (alimentación e hidratación): podrá dar lugar a deshidratación o agotamiento extremo.
Sabiendo que el riesgo 0 no existe, debemos hacer todo lo posible por reducir el riesgo lo máximo posible. Recuerda que una buena planificación, ir bien equipados y actuar correcta y prudentemente sobre el terreno harán posible eliminarán los riesgos subjetivos y que gestionemos mucho mejor aquellas situaciones de riesgo derivadas de los peligros objetivos.
Tormentas
Las tormentas van asociadas a distintos elementos (rayos, granizo, fuertes lluvias), todos los cuales pueden ponernos en un serio aprieto.
Como ya hemos dicho anteriormente, como monitoras/es deberemos haber revisado las previsiones meteorológicas insistentemente y habremos adaptado nuestra actividad y los horarios con el fin de evitar que nos "sorprenda" una tormenta.
Por otro lado, habremos estado controlando la evolución meteorológica durante nuestra ruta y si observamos el desarrollo de tormentas en zonas cercanas, podemos calcular la distancia a la que está la tormenta controlando el tiempo transcurrido entre rayo y trueno. La tormenta se encontrará aproximadamente a 1 km de distancia del observador por cada 3 segundos que pasan entre el relámpago y el trueno.
Con todo esto en mente, debemos tener ya claro que siempre trataremos de evitar que una tormenta de evolución nos atrape en mitad de la actividad. No obstante, llegado un momento dado, si nos alcanza la tormenta:
- Podremos prever una inminente descarga eléctrica si se nos eriza el pelo.
- Trataremos de evitar zonas de alta exposición a los rayos (picos, crestas, árboles aislados, estar pegados a muros de roca y paredes verticales etc.).
- No correremos, y esperaremos agachados/as, aislados/as del suelo con algún elemento aislante y con las manos separadas del suelo.
- Nos alejaremos de elementos electrónicos y metálicos que puedan aumentar el riesgo de corrientes.
- Si nos refugiamos en una cueva, que ésta sea grande, pudiendo mantenernos a unos 2 metros de las paredes.
- Si estamos en un refugio, cerrar ventanas y alejarnos de la chimenea, si es que la hay.
Granizo y lluvias copiosas
De nuevo, la manera de actuar más prudente vuelve a ser prever esta situación bien sea consultando en internet la evolución meteorológica o bien estando atentos a esta evolución sobre el terreno y darnos la vuelta antes de que nos pille.
Así como el granizo está asociado a fenómenos tormentosos, la lluvias copiosas también pueden provenir de frentes de precipitación, los cuales también habrá que tener en cuenta ya que además suelen generar una precipitación más prolongada en el tiempo que las tormentas.
Las consecuencias de estos fenómenos meteorológicos son varias:
- Lluvias continuadas en el tiempo de forma constante pueden producir desánimo en el grupo.
- El terreno se vuelve mucho más resbaladizo, incrementándose las posibilidades de sufrir resbalones, caídas, esguinces etc.
- Con precipitaciones muy copiosas podremos acabar mojados, incluso con ropa impermeable. Esto, sumado a viento y bajas temperaturas, puede derivar fácilmente en una hipotermia.
- Igualmente, las precipitaciones copiosas pueden ir asociadas a incrementos repentinos de caudales de ríos y arroyos.
- Las granizadas pueden llegar a ser muy dolorosas, al estar nuestro cuerpo sometido a impactos constantes de las pequeñas esferas de hielo.
Si no hemos podido evitarlo, recuerda que la manera de actuar ante lluvias y granizo es la siguiente:
- Tratar de encontrar un sitio a cubierto, especialmente en caso de granizo.
- Protegerse del agua y el frio con ropa de abrigo e impermeable.
- Permanece atento a la crecida de caudales de ríos y la posible presencia de corrientes de agua en canales y vaguadas.
- Asegurarnos de que no cunda el desánimo en el grupo.
Viento
Más allá de ser molesto, el viento puede generarnos más problemas en nuestras actividades de montaña:
- Caída de piedras, ramas, etc.
- Reducción de la temperatura: disminuye la sensación térmica.
- Desestabilización y pérdida de equilibrio durante la marcha.
Para reducir sus efectos sobre nuestro cuerpo, deberemos:
- Llevar ropa de abrigo y cortavientos (el impermeable) en nuestra mochila (regla de las tres capas).
- Llevar gorro, buff y guantes en la mochila, ya que la pérdida de temperatura es más rápida en cabeza y extremidades.
- Alejarnos de zonas de riesgo donde puedan desprenderse materiales por efecto del viento.
- Llevar pilas o baterías extra para nuestros dispositivos electrónicos, ya que con el frío tienden a descargarse y durar menos.
- Realizar descansos en zonas protegidas del viento
Niebla
La niebla pude generar muchísimos problemas en nuestras actividades de montaña. Ralentizará nuestro paso respecto a los horarios previstos al tener que andar más despacio y puede llegar a desorientarnos por completo, haciendo que nos perdamos. A todo esto hay que sumarle que la niebla irá asociada a una bajada de la temperatura y a un incremento de la humedad. En el caso de estar expuestos a esas condiciones durante mucho tiempo o incluso vernos forzados a pasar la noche a la intemperie, el riesgo de sufrir hipotermias y agotamientos sería muy elevado. Pero hay que destacar que uno de los mayores riesgos en situación de niebla es el de precipitarnos al vacío al no ver por donde caminamos.
Por todo esto, volvemos a insistir, al igual que con otros fenómenos meteorológicos, en que siempre hay que revisar la previsión meteorológica antes de salir y equiparse correctamente (ropa impermeable y de abrigo, gorro, guantes, GPS, mapa y brújula, chaleco reflectante, silbato, etc.).
Para evitar todas estas consecuencias, debemos de tomar una serie de precauciones:
- Mantener al grupo unido, asegurándonos de que nadie se extravía.
- Si la situación no mejora, y no sabemos donde estamos ni hacia donde vamos, esperaremos un rato en el sitio hasta que la visibilidad sea mayor.
- Si nos parece que hemos perdido el camino hace poco, retroceder sobre nuestros pasos siempre hasta el último punto que reconozcamos.
- Llevar y saber utilizar el GPS o Smartphone con mapas y track de la ruta (cargado en casa).
- Si la situación no mejora y no podemos avanzar ni retroceder, contactar con el servicio de emergencias llamando al 112.
- Utilizar chalecos reflectantes y silbato para mantener el grupo unido y por si tuvieran que venir a rescatarnos.
- Tener planificados posibles escapes, fáciles de seguir, en nuestra ruta.
Calor extremo
Prevenir los efectos del calor en montaña está en nuestra mano. Cada verano son más frecuentes los avisos meteorológicos por altas temperaturas también en zonas de montaña, y debemos actuar para evitar que ello suponga un problema para nuestra actividad.
La exposición prolongada al calor, junto con el esfuerzo físico que supone realizar este tipo de actividades, pueden derivar en un golpe de calor, que a su vez puede resultar mortal o causar daños muy serios a nuestro organismo.
Un golpe de calor puede derivar en numerosos síntomas, desde hemorragias nasales hasta pérdidas de consciencia y taquicardias, pasando por vómitos, dolores de cabeza, etc.
Además, no olvidemos que la exposición prolongada a radiaciones ultravioleta puede dar lugar a quemaduras y cáncer.
Al contrario que las tormentas y precipitaciones, estas situaciones de temperaturas elevadas suelen ser muy fáciles de predecir, por lo que si hemos realizado bien nuestra planificación de ruta y hemos mirado la previsión meteorológica no debería cogernos por sorpresa. Así que recuerda revisar siempre la predicción de radiación ultravioleta.
Como ya hemos nombrado anteriormente en esta guía, mantenernos hidratadas/os y llevar el equipamiento adecuado será esencial para evitar las consecuencias de las altas temperaturas y la radiación solar. Unas gafas con un filtro adecuado (mínimo factor 2), una gorra, protección solar (FPS 50) y ropa clara, fina y transpirable serán claves.
Oscuridad
Las situaciones de riesgo derivadas de la oscuridad pueden ser fácilmente evitadas con una buena planificación y un buen control de los horarios parciales durante la ruta, tomando la decisión, si fuese necesario, de darnos la vuelta u optar por planes alternativos más cortos.
No obstante si nos acabase alcanzando el anochecer y estamos todavía en la ruta, recuerda estas pautas de actuación:
- Tranquilizar al grupo ante esta situación que puede generar angustia.
- Emplear frontal o linterna (todos los y las componentes del grupo), asegurándonos de dar pasos seguros.
- Utilizar GPS para asegurarnos que vamos por el camino correcto.
- Abrigarnos correctamente si baja la temperatura, para evitar hipotermias.
- Ante la duda de si podemos progresar de forma segura, prepararnos para pasar la noche y avisar a los grupos de rescate si vemos que no podemos hacerlo con garantías.
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0