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Actúa: empieza temprano

El día en invierno es muy corto en horas de luz, por lo que cualquier imprevisto puede condicionar que debamos pasar la noche en la montaña, algo que en esta época del año no suele ser muy agradable por las bajas temperaturas. Con el objetivo de que un imprevisto no nos obligue a pasar la noche en la montaña debemos calcular que entre el horario de finalización de la actividad y la puesta del sol haya un mínimo de 2-3 horas de diferencia.

Piensa que...

  • Si nos levantamos con el sol, disponemos de todas las horas de luz para completar la ruta.
  • Si ocurre cualquier incidente, contamos con más tiempo, más horas para recibir ayuda o para llegar a destino.
  • Tanto si no aprovechamos bien las horas de luz como si erramos en nuestros cálculos podemos vernos obligados a pernoctar a la intemperie, situación indeseable si no la teníamos prevista y que puede entrañar verdadero peligro.

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