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No te separes ni dejes solo a nadie

 
 
Si sufrimos un percance, mejor estar acompañados.
 
Dejar sólo a alguien suele ser el origen de problemas mayores.
 
Es más fácil que una persona sola se desoriente o tome una decisión equivocada.



Yo me quedo aquí esperando...

Por su longitud o por su dureza, la subida al Monte Perdido puede sorprender a algún miembro del grupo y llevarle a desistir del objetivo inicial. Es probable que, con el ánimo de no "estropear" la ascensión, esta persona nos proponga quedarse sola en un punto del trayecto de subida a la espera de nuestro regreso, asegurando que no se moverá de allí hasta reunirse de nuevo con el resto del grupo.

Esta es una de las situaciones más peligrosas que pueden darse en alta montaña, veamos qué hacer en estos casos.

Cómo actuar

La división de un grupo es una de las situaciones que puede generar mayor peligro en alta montaña. La mejor recomendación es no dividirlo nunca. Si no podemos evitarlo, tomaremos esta precaución básica:

  • Que en cada subgrupo haya gente capaz de conducir al resto a destino.

Igualmente, debemos evitar dejar sola a una persona. Retrasarse o quedar a la espera del retorno del grupo comporta también importantes peligros:

  • Si nos espera a la intemperie puede sufrir hipotermia, congelación o insolación.
  • Es muy habitual que la persona se canse de la espera y haga algo no acordado, como regresar sola, sin esperar al grupo.
  • Las posibilidades de caer en situaciones de nerviosismo y desorientación se multiplican.